La Ametlla de Mar, mi bonito rincón, fue la inspiración para escribir mi segunda novela romántica y, además, con una anécdota personal. Una historia que se desarrolla en este encantador pueblo costero, ubicado en la provincia de Tarragona, al sur de Cataluña. Me dejé llevar por los nostálgicos años noventa, la música de la época y la esencia de aquellos días.
Quisiera destacar que esta historia está narrada en el tiempo, desde la adolescencia de los protagonistas hasta la madurez, abarcando más o menos la actualidad. Aunque es ficticia, cada lugar y festividad mencionados en el libro son reales, salvo los personajes y la trama, que son completamente pura imaginación.
¿Quién no ha tenido alguna vez un amor de verano? Como no pretendo hacer spoiler, por si no lo has leído, te dejo el enlace del libro para que descubras lo que cuentan Xavi y Carolina.
Capítulo 6: ¿Real o ficción?
Si ya lo has leído, seguro recuerdas la escena en el capítulo 6, página 43, donde Carolina, donde Carolina invita a Xavi a disfrutar de un día de pesca y se resbala entre dos barcas. ¡Ahí es donde entro yo! Se puede decir que Caro fue mi doble en esa secuencia. ¡Sí, puedes reírte!
El momento romántico con una anécdota personal
Este momento que te he descrito es, sin duda, el más romántico que he vivido de la historia. Jajaja. La esencia de La Ametlla de Mar siempre ha sido la vida pesquera, un pueblo donde se funde la brisa y el mar. Aunque la imagen pintoresca del puerto lleno de barcas ha cambiado, aún guarda los recuerdos de tiempos pasados.
Mi padre, un marinero que trabajó hasta la jubilación en una barca de arrastre, nos llevaba algún día de verano a mi hermano y a mí con él y otros pescadores. La verdad es que un día era suficiente para mí, ya que desde que partíamos del puerto hasta el regreso, me la pasaba mareada como una sopa. Recuerdo la emoción de ver la red repleta de pescado, como describo en el capítulo correspondiente de mi libro, siendo el mejor momento del día. Sobre todo, cuando teníamos que clasificar los peces por especies y luego nos lanzábamos agua a presión con una enorme manguera.
Vale, sí, me enredo un poco, ¡pero tranquila! Ahora, te contaré cómo ocurrió lo que vine a compartirte: la anécdota personal que tanto ansias saber.
Desvelación de una anécdota personal detrás de la historia romántica de Nunca dijiste adiós
Al llegar al puerto para comenzar otro día de pesca, como cada mañana, surgía un desafío: subir a la barca. Dependiendo de su ubicación en el puerto, teníamos que saltar de barca en barca para llegar a la nuestra. Mi padre nos sostenía de la mano, facilitándonos el salto. Ese día, primero lo hizo mi hermano y después yo. Fue en esta ocasión, al llegar al último salto cuando resbalé. ¡No te imaginas el miedo que pasé en ese momento! Pero mi padre me agarró, y como me tenía bien sujeta, me sostuvo justo a tiempo. Si no, me habría escurrido entre las dos barcas y hubiera caído al agua, aún sin haberse hecho de día y sin saber qué se ocultaba bajo mis pies. Solo de pensarlo me entran sudores.
Por otro lado, las risas y burlas de mi hermano persistieron durante días y todavía resuenan cuando recordamos el incidente. Esta experiencia se convirtió en un recuerdo imborrable, sin saber que años después la utilizaría para escribir una novela romántica, precisamente una historia ambientada en mi pueblo y en una escena tan peculiar.
¡Y así es como una simple aventura de mi infancia se convierte en parte de un libro que contiene una bonita historia de amor!
Aprovecho para hacer un poco de publicidad de mi pueblo, dejándote un enlace para que curiosees y veas lo bonito que es. Te aseguro que disfrutarás de unas playas maravillosas. ¡Échale un vistazo!
Únete al viaje literario de la romántica
Te invito a que te unas a mi lista, donde serás la primera en recibir noticias sobre las historias románticas que escribo, disfrutar de descuentos, regalos y muchas sorpresas más. Al suscribirte, podrás descargarte un regalo exclusivo para ti.
¡No te pierdas todo lo que está por venir! Puedes unirte aquí. Espero que hayas disfrutado de este artículo y, aún te estés imaginando mi escena. Recuerda que solo tenía nueve o diez años, este dato me salva. Jajaja
Espero que hayas disfrutado de este artículo y que aún estés imaginando mi escena. Recuerda que solo tenía nueve o diez años; este dato me salva. Jajaja. Como siempre, puedes comentarme cualquier cosa; estaré encantada de que formes parte de esta comunidad tan bonita como son las novelas de género romántico.
2 comentarios en «Nunca dijiste adiós, una novela romántica con una anécdota personal»
Y yo no lo vi???!!!! Jajajaja
Ese día tu no viniste, o igual las barcas no estaban juntas. Jajajaja